Alejandro Fata Moreira, fisioterapeuta, entrenador de halterofilia , creador de Curatuespalda.com
"Todos pueden vivir sin dolor de espalda, sólo necesitan saber cómo hacerlo"
Comencé mis primeros pasos en el deporte, después la Medicina y por casualidad encontré la Fisioterapia, dónde desarrollé mi pasión: enseñar a la gente a curarse a sí misma, pero mi historia viene de más atrás…
Nací en Montevideo (Uruguay) hace ya 58 años, tengo una familia increíble gracias a mi esposa Verónica (a quien tengo que agradecerle su paciencia y constante alegría y apoyo siempre – gracias Vero, te quiero - ) con la que hemos tenido 3 hijos ideales a los que adoro y a quienes hemos transmitido nuestros valores y el amor por el deporte y la salud.
He hecho deporte desde que tengo uso de razón (eso tengo que agradecérselo a mi padre, quien se levantaba antes que todos nosotros aún los domingos para ir a jugar al fútbol…gracias papá!, estés donde estés espero que disfrutes de tu partido eterno.)
Para mí, correr, nadar, fútbol, tenis, frontón, Karate, era algo normal y tan común como leer y estudiar, un día me metí en un cine a ver una película, no sé si fue Rocky III, Conan o alguna otra del estilo, lo que sé es que cuando terminó la película ya estaba enganchado a las pesas y al gimnasio sin darme cuenta.
Así que compré cuanta revista o libro de entrenamiento con pesas encontré y me puse a estudiar (hoy todavía sigo haciéndolo) y ahorré para comprar mi primer juego de pesas, ¡ qué emoción ¡
Entrenaba en mi cuarto y después tenía que recoger las pesas para que mi madre no me echara la bronca por lo que un día al terminar, ya cansado estaba ordenando todo y me incliné hacia un lado con una pesa cuando….¡ rac !…. sentí un dolor en la zona lumbar, como un pinchazo... por supuesto no le di mayor importancia, me duché y me fui a dormir.
Al otro día cuando quise levantarme de la cama ¡no podía !, estaba totalmente bloqueado, sólo sentarme me costó un montón, ya no te digo levantarme… ¡ con 17 años ! (con el tiempo me di cuenta de que este episodio fue más importante de lo que creí en su momento).
A esa edad y con mucho amor propio, hice de tripas corazón, me levanté como pude, disimulé y me fui a trabajar, así pasé los siguientes 3 días y por supuesto no fui al médico ( 17 años y mucho orgullo) en unos días se me pasó y volví a mis entrenamientos pero había aprendido algo por las malas y empecé a profundizar en saber todo acerca de los movimientos corporales, músculos, tendones, palancas, etc.
Luego ingresé en la Facultad de Medicina y en tercer año por cosas que ya contaré algún día, me cambié a la carrera de Fisioterapia. En seguida vi que les llevaba mucha ventaja a mis compañeros debido a todo lo que había aprendido por mi cuenta durante mi auto formación y por la práctica de los ejercicios, terminé la carrera y me puse a trabajar como Fisioterapeuta.
La historia corta es que con el tiempo terminé teniendo mi propia clínica (Alfa Rehabilitación en Torrelodones) junto con mi esposa Verónica (también Fisioterapeuta) atendiendo multitud de pacientes.
Por supuesto seguía entrenando pero ahora en mi propio gimnasio para poder complementar las terapias de los pacientes con ejercicios y estiramientos ya que me pronto me di cuenta que la gente que venía con dolores de espalda se iban sin dolor pero al tiempo volvían con dolores en otras partes a pesar de aplicar las técnicas clásicas de la fisioterapia, etc.
Por supuesto seguía estudiando, leyendo y experimentando en mi propio cuerpo cualquier técnica que encontraba y me quedaba con lo mejor.
Con el tiempo fui estructurando un método (curatuespalda) en el que fusioné lo mejor que encontré a lo largo de todos estos años, sumándole mis propios descubrimientos y empecé a aplicarlo en mis pacientes enseñando sus bases y principios.
Desde el comienzo prácticamente todos los que siguieron mis indicaciones mejoraron, y tengo muchos recuerdos agradables acerca de los procesos que las distintas personas pasaron y de los resultados obtenidos.
Uno de los más graciosos es el de Paloma M. , una señora de sesenta y pico que vino como último recurso ya que le dijeron que tenía una hernia discal y la única solución para su dolor era operarse (ella le tenía pánico a la cirugía).
Comenzamos con el método y luego de un tiempo cuando ya no tenía síntomas y llevaba una vida normal, me confesó que si el primer día le hubieran dicho que ella sería capaz de levantar peso me hubiera dicho que estaba loco.
Otro caso fue el de Miguel F., quien había sido montañista y que llegó como la mayoría, con diagnóstico de “y bueno, a su edad no se puede quejar…” quien luego de haber mejorado se fue de vacaciones a Alemania a visitar a un familiar.
Le di las indicaciones de lo que tenía que hacer y una rutina; a la vuelta me contó que el fisio del gimnasio donde se apuntó le dijo que nunca había vista a un paciente hacer lo que él hacía, que le parecía muy interesante y que siguiera así.
Al día de hoy, llevo personalmente más de 15 años aplicando el método Cura tu espalda en mí mismo y en mis pacientes con éxito. Cientos de personas de todas la edades, profesiones y condiciones físicas se han beneficiado del método y han cambiado sus vidas gracias a él.
He colaborado con:
